Ya tuvimos un adelanto de las épocas que se vienen.
En sintonía con lo que siempre comparto en mis talleres » de escuchar al cuerpo», que va a pedir platos más cálidos y contundentes, me hice un stock de lo que pronto comenzaré a cocinar.
Las legumbres son para mi sinónimo de épocas menos templadas, de cocina de olla pero también de patés vegetales y de ensaladas. Porque hay vida más allá de la ensalada verde!!!
También es tiempo de agregar frutos secos y semillas como la chia, el cajú o la quinoa, de las que iremos hablando en próximas notas.
Te cuento lo que tengo en este momento para darte ideas:
– lentejas peladas, turcas y comunes
– porotos blancos
– porotos azuki
– porotos mung
– garbanzos
Más entrado el otoño seguramente sumaré porotos negros, que no son mi fanatismo, pero en una feijoada son infaltables.
– Yo elijo no comprar legumbres sueltas, a bolsa abierta, porque pueden estar contaminadas con hongos, reciben humedad y es más factible que no estén en buen estado. Si mirás esos bolsones de legumbres sueltas que venden en ciertos lugares vas a ver que hay marcas en la bolsa, de humedad acumulada y hongos. Eso no es lo que quiero en casa!
– Para tenerlos a salvo de polillas, siempre los guardo en frascos, en lugares secos. Las polillas se comen las bolsas, no sirven!
– Antes de hervirlos, siempre los remojo unas 6 horas
TIPS
-Para evitar las flatulencias de las legumbres, al agua del remojo y de la cocción agregale un trozo de alga kombu
-La FAO define a las legumbres como un alimento completo que incluye vitaminas, proteínas, antioxidantes y libre de gluten
-Desde los seis meses de edad, las legumbres hervidas pueden agregarse a alimentos preparados para niños de corta edad, volviéndolos sabrosos y nutritivos.
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