Hablamos con Maite Moreira, la respetada maquilladora de moda uruguaya; que nos cuenta sobre su proceso de desarrollo artístico en el maquillaje conceptual de moda, en donde ha trabajado con icónicos fotógrafos, estilistas, publicaciones y marcas de la industria.
Maite se dedica al maquillaje desde hace más de una década, y su talento la ha llevado a colaborar con grandes clientes y creativos, pero lo más fascinante de ella no solo es su técnica precisa, sino su visión de la feminidad y la belleza en lo contemporáneo.
El trabajo de Maite Moreira como maquilladora de moda, responde a un movimiento beauty (repleto de colores, formas gráficas y un poco de oscuridad y melancolía) que inspira a la generación Z e incluso a varios estilismos de la semana de la moda de Nueva York. Hablamos con la maquilladora acerca de su inspiración, su proceso creativo y las claves de los maquillajes que ha creado para editoriales de Vogue, Harper’s Bazaar, Marie Claire, Glamour, Cosmopolitan, entre otros.
DFMAG: ¿Qué es el maquillaje conceptual?
MM: Yo diría que un concepto es la idea abstracta, que impulsa el diseño de un resultado artístico, y que transmite una sensación o sentimiento particular.
Este concepto es explicado a través de una colección de bocetos, imágenes y una dirección creativa. Esto ayuda a todo el equipo creativo y, más tarde, a los maquilladores a crear un resultado final que esté alineado con ese concepto.
Trabajar en maquillaje conceptual, es crear basados en sensaciones, en vibras, siguiendo una dirección específica para que el producto final nos transmita – junto al pelo, outfit, escenario, iluminación, etc – ese concepto con tan solo mirar la foto.
DFMAG: ¿Cuál es tu proceso creativo a la hora de crear un maquillaje?
MM: Mi proceso creativo es siempre empezar con un moodboard, un panel de ideas, colores, texturas, formas, patrones, y por supuesto, los conceptos que acompañan el shoot. Trato de incorporar al menos dos elementos por look que visualice en el moodboard.
Siempre me gusta dibujar o bosquejar los maquillajes que voy a ejecutar. Una historia editorial por lo general engloba 5 o 6 looks, que todos comparten los mismos conceptos, están interconectados y cuentan un cuento entre todos ellos. Hago face charts de cada uno de los looks, los pre-diseño antes de llegar al set.
Me gusta estar conectada con el resto del equipo, y asegurarme de entender qué outfits va a lucir la modelo, cómo es el pelo, la luz, y todo alrededor, de esa manera puedo diseñar el maquillaje adaptado a eso, o pedir que adapten algo para que el maquillaje también se luzca. Cuanto más tenga que ver el estilismo con el maquillaje, más impacto tendrá el look completo.
DFMAG: ¿Cuáles son los desafíos más grandes a los que te enfrentas durante el proceso creativo?
MM: Todavía me cuesta considerarme una persona creativa, ya que mis procesos no son tan libres como los de otros artistas. Intento no mirar para el costado, pero romper con la “perfección” o dibujar por fuera de las líneas es algo que nunca se me dio fácil. Creo que trabajar en moda es una paradoja que rompe todas las reglas que me he autoimpuesto.
De todos modos, yo diría que mi desafío más grande es encontrar los grises. Mis maquillajes pueden ser sutiles, delicados, perfeccionistas y angelados, pero otros expresan una vibra completamente antagonista. Una explosión de oscuridad, asimetría y caos.
DFMAG: ¿De dónde te llega la inspiración?
MM : Personalmente me inspira la creación de personajes.
Siempre digo que la modelo es un personaje que va a vivir dentro de ese micromundo que creamos cuando plasmamos el arte de muchos artistas en una foto. Me inspiran las texturas y formas que vivirían dentro de ese Universo, pero también me inspira pensar en cómo estaría maquillada la modelo, de forma más realista. El maquillaje es algo más que embellecer un rostro, es contar una historia y expresarse, a través de emociones positivas y negativas.
DFMAG: Si tuvieras que definir tu singularidad como artista, ¿qué dirías?
MM: Creo que mi singularidad es ofrecer no sólo precisión y creatividad para maquillaje de fotografía, sino un entendimiento estético general, que me ha permitido ser muy valorada y respetada en cada backstage y con otros creativos. También creo que mi versatilidad en diferentes estilos es algo que me ha acercado a muchas marcas y clientes.
DFMAG: ¿Cómo fue tu primer contacto con el mundo del arte?
MM: Para mí el arte siempre estuvo ahí. Desde que tengo memoria en mi casa había un espacio y horarios para pintar y dibujar. En mi época de adolescente me dediqué a la música, estudié diseño de moda, diseño industrial, producción musical, serigrafía, pintura. Hacer arte es una forma de canalizar la energía negativa dentro de mí, y creo que no sería la misma persona que soy hoy si no hubiera tenido eso. No tenía intención de convertirlo en mi «trabajo», ya que estudié publicidad y esperaba dedicarme a eso, simplemente comencé a crear porque sentía que era lo correcto. Pero estoy feliz de que haya sido así.
DFMAG: ¿Cómo llega el maquillaje a tu vida?
MM: La primera vez que vi maquillaje fue un labial color terracota de la marca Revlon en el cajón de mi madre. Rara vez lo usaba.
Mi abuela sólo se ponía rubor, y religiosamente yo la ayudaba a retirar el exceso para que no se viera exagerada antes de salir. Luego recuerdo que me regalaron un roll-on de gloss, y lo llevaba a la escuela y me ponía el brillo en labios y ojos.
Al ir creciendo, 12-13 años, me encantaba estar sola en mi cuarto disfrazándome y jugando con personajes. Ahí pedí que por favor me regalaran algo de maquillaje! Creo que a los 14 años tuve mi primera paleta de sombras, la cual atesoré por años. Me la habían comprado mis padres en la farmacia de la esquina.
A los 15 años comencé mi curso de maquillaje en el Atelier Rosario Viñoly, donde aprendí muchísimo. Cuando estaba en casa, me encantaba ver canales de maquillaje en Youtube y comencé a experimentar yo misma.
DFMAG: Tus comienzos en la industria fueron como “maquilladora de Instagram” ¿Cómo se adapta ese estilo tan glam a los maquillajes más conceptuales que realizas ahora?
MM: Existe una gran división entre los maquilladores que trabajamos en moda y los que realizan maquillajes más cargados, del estilo que se ven en redes sociales. El maquillaje “estilo Instagram” desde sus comienzos englobó mucho full color, alta cobertura, cut creases, pestañas grandes e incluso una base que no matchea con el cuello perfectamente pero que luce bien bajo el lente del celular. En moda es todo lo opuesto. Se busca la translucidez, la naturalidad, el maquillaje como un accesorio y no como una máscara.
Muchísimos de los elementos clave de mis trabajos actuales salen del glam de Instagram. Yo los adapto y los voy modificando hasta lograr que se mezclen con el estilo que amo ahora.
He diseñado cut creases para pasarelas, mega pestañas para shoots, e incluso bases más blancas para generar un efecto muñeca de porcelana.
DFMAG:¿Qué consejos le darías a una persona que está decidida a emprender en este camino?
MM: Principalmente que sea perseverante, que elija un objetivo a donde quiera llegar y que no se rinda aunque tenga muchas negativas a su alrededor.
La práctica constante es mucho más importante que el estudio constante. La autocrítica. El no tener miedo a golpear puertas y preguntar. Ser artista en este mundo es un mensaje muy fuerte, y no hay que bajar los brazos.
Gracias Maite por tu calidez y tu profesionalismo, sin duda seguiremos tus pasos de cerca.