Viena a comienzos del siglo XX era la capital del agonizante Imperio Austrohúngaro gobernado por Francisco José I, viudo de Sissi y uno de los monarcas más conservadores de Europa. Sin embargo, los estertores del imperio fueron testigos de la Viena vanguardista en plena ebullición donde Gustav Mahler, Sigmund Freud, Joseph Hoffman o Gustav Klimt, por citar algunos de sus miembros más connotados, dieron rienda suelta a su talento y actitud contestataria.
Estas cosmovisiones opuestas se manifestaron en todos los ámbitos del quehacer humano, sobre todo en el que nos ocupa, el vestido.
La corte vienesa era el Reino de Worth y Sissi, los polisones y el corset que constreñía la figura femenina como si de una metáfora de la vida femenina se tratase. Empero fuera de ella, un movimiento artístico promovía la reforma del vestido; éste no sólo debía liberar a la mujer de la tiranía del corset sino también debía ser un medio de expresión de su individualidad. Dentro de ese movimiento se destaca una mujer, Emile Flöge.
Emile Louise Flöge nació el 30 de agosto de 1874 en Viena, en el seno de una acomodada familia judía. No sólo fue la musa de Gustav Klimt sino también fue una diseñadora y empresaria de moda que regenteó la boutique más importante de Viena hasta su cierre durante la ocupación nazi.
Sus vidas se entrecruzaron a partir de la boda de su hermana Heléne con Ernst, hermano de Klimt en 1891. A partir de este momento establecieron una relación profesional y comercial muy estrecha, presentándose en público como pareja aunque nunca se casaron.
Retrato de Emile Flöge. Gustav Klimt (1902) (Pinterest)
En 1904 abrió junto a sus hermanas la boutique Schwestern Flöge (Hermanas Flöge) en el edificio Piccolo sobre la calle Mariehilfer. Emile se ocupaba de ir a la caza de tendencias a Londres y París que después adaptaba a la silueta de sus clientes austríacas.
Flöge adhirió a los postulados de la Wiener Wërkstatte, la sociedad cooperativa que agrupaba a diseñadores de distintos rubros quienes, inspirados en el movimiento Arts&Crafts de William Morris, promovían el concepto de “obra de arte total” que pretendía eliminar las barreras entre las bellas artes y las decorativas.
De acuerdo a estos principios, su boutique fue concebida como una obra de arte, decorada en estilo art nouveau por los arquitectos Joseph Hoffman y Koloman Moser siendo el propio Klimt quien diseñó el logo de la firma. Se considera que esta tienda fue el primer antecedente del “concept store” moderno porque además de prendas se vendían retazos de telas bordadas y estampados folk que Emile compraba en Europa y piezas de joyería diseñadas por el arquitecto Koloman Moser.
Interiores de la boutique de las Hermanas Flöge en estilo art nouveau vienés (Getty)
Logo de la boutique diseñado por Gustav Klimt (Getty)
El “vestido reforma” como eran llamados estos vestidos que desafiaban las convenciones se transformó en su uniforme y completaba sus estilismos con las joyas de Moser. Sus diseños sueltos, etéreos y con volados enfatizaban el movimiento de la prenda aunque su acaudalada clientela prefería diseños un tanto más convencionales.
Retrato de Emile Flöge por Madame dÓra (1910) (Pinterest)
Emile Flöge luciendo las joyas de Koloman Moser
Carolina de Mónaco luce un vestido de Karl Lagerfeld inspirado en el de Emile Flöge en ocasión del Baile de la Rosa en 2015 (Getty)
Su relación con Gustav Klimt no se limitó a la de la musa que posa pasivamente para el pintor, ambos trabajaron y se influyeron mutuamente. Sus referencias estéticas van desde los mosaicos de Rávena , el orientalismo y los diseños geométricos. Klimt diseñó estampados y prendas tipo túnica, como las que él solía llevar, para la tienda en tanto Emile creó los vestidos con los que Klimt retrató a Mada Primavesi o a Ad ele Bloch-Bauer en La dama de oro.
Diseños de Emile Flóge para la Dama de Oro y retrato de Mada Primavesi (Getty)
Se cree que la figura de El Beso es Emile Flöge que posa en la foto junto a Klimt (Getty)
También posó para el objetivo del pintor en un “lookbook” de 1906 donde puede verse a Emile luciendo sus diseños a orillas del lago Attersee, modelos que han servido de inspiración para las colecciones de Valentino y Delpozo de 2015 y 2016 respectivamente.
Emile luciendo un vestido de inspiración oriental en el Lago Atter (1910) (Getty)
Valentino Colección 2015 (Getty)
Valentino colección 2015 (Getty)
Josep Font para Delpozo, colección primavera –verano 2016 (Getty)
Gustav Klimt falleció en 1918, cuenta la leyenda que antes de exhalar su último aliento pidió que le llevaran a Emile, su compañera de vida, a su lado.
Durante el infame Anschluss perdió su clientela judía y tuvo que cerrar la tienda, otrora lugar obligado de reunión de la sociedad vienesa. Continuó trabajando desde su casa, en el número 39 de la Ungargasse. Hacia fines de la guerra un incendio consumió la totalidad de sus prendas y parte de la herencia recibida de Klimt. Emile falleció en Viena en 1952.