Cada fiesta es tan especial como sus protagonistas. Cada una necesita un lenguaje único y equipos de trabajo que lo interpreten a la perfección. En Hodara Planners no hay solo una visión, solo una puesta, o solo una impronta. Cada fiesta tiene su concepto y son distintos ojos los que arman cada proyecto. Y allí, definitivamente, radica la diferencia.
Un entramado de sueños. De eso se trata. Cada vez que Hodara Planners pone manos a la obra, el primer paso es darle un concepto a esa fiesta que empieza a cobrar vida. Y a partir de allí convocar a los mejores para que esos sueños se cumplan.
Aquí, tres historias de bodas tan particulares como sus protagonistas, diseñadas con talento, ingenio, vocación y mucha adrenalina.
Bajo las estrellas
Una cúpula transparente fue el marco perfecto para dar vida a una fiesta bajo techo y bajo las estrellas al mismo tiempo. Colores ocre, velas y mesas de madera natural completaban el inmenso jardín ambientado con flores en tonos de blancos y pastel para mantener el romanticismo predominante en la noche.
Al aire libre, copones de frutas, champagne con helados y finger foods acompañaron el atardecer, brindando un toque descontracturado y muy divertido.
En el jardín, una barra de tragos llamaba la atención de los invitados con grandes letras luminosas, mientras que en la piscina los nombres de los novios ofrecían una calurosa bienvenida.
Luego de la ceremonia llegó la cena bajo la carpa transparente, donde las estrellas iluminaban y reflejaban la noche, con un marco de magia inolvidable para todos.
Para la asignación de mesas, se confeccionaron sobres de tela impresos que contenían detalles y mimos para los invitados como brillo de labios, cremas, curitas, analgésicos, barras de chocolate, chicles y varias cosas más, que realmente sorprendieron a los comensales.
El toque inspirador de la noche fueron los mini ramos que la novia regaló a todas sus amigas solteras. Fue insólito y divertido, el ramo principal estaba compuesto por mini ramos que al momento de tirarlo a sus amigas, los pequeños arreglos de flores volaron por el aire, despertando la carcajada de todos los presentes.
“Logramos el objetivo de integrar el exterior en el interior de la carpa con la gran colaboración de grandes floristas”, señala Fabiana Hodara, orgullosa del resultado alcanzado. “Diseñar el concepto de una fiesta y luego llevarla adelante sin dejar detalle librado al azar solo se logra con un gran equipo de trabajo”.
Creativa y auténtica
Perfectos rectángulos de vidrio con velas guardaban una clara simetría y daban la bienvenida a los invitados para comenzar la ceremonia, mientras puestos de limonada y almendras caramelizadas amenizaban la espera.
Luego de la ceremonia, la bodega fue escenario de la fiesta con pasillos interminables de toneles y caminos de velas en botellones que marcaban el ingreso.
Para la recepción, se diseñaron lámparas blancas suspendidas y cada mesa de estación de comida con cubos de espejos y candelabros de cristal guardando un equilibrio entre lo rústico y lo sofisticado.
En el salón principal, los grandes protagonistas de la noche fueron las mesas con manteles de lino cemento, la vajilla de vidrio con borlas doradas y copas de cristal tallado, y un techo completamente intervenido con 1700 faroles blancos. A su vez, las paredes proyectaban imágenes de hojas. Una puesta en escena visualmente impactante.
A la hora de los dulces, grandes estanterías de vidrio ofrecían variedad de bombones a los invitados
El gran detalle de la noche fueron las grandes marionetas con forma de caballos blancos que largaron la primera tanda de cotillón, también blanca, para sorpresa de todos los asistentes.
“Fue una fiesta llena de arte con mucha creatividad, en la que a trabajamos con un exhaustivo nivel de detalle para que todo saliera perfecto”, destacó Hodara.
Bohemia y con estilo
Una iglesia pequeña, íntima y con un estética visual única fue la cálida bienvenida a los invitados que, para amenizar la espera, tuvieron a disposición puestos de café y garrapiñada, el combo perfecto para una noche fría de junio.
Ya en la fiesta, un puesto de champagne con ambientación de rosas daba la bienvenida. Y es que los novios querían una boda de estilo barroco y un toque sofisticado y así se hizo, jugando con el espacio y las mesas redondas e imperiales.
A su vez, se incluyó una mezcla de inmensas pantallas suspendidas, algunas con flecos en tonos chocolate de distintos tamaños que otorgaban una visual maravillosa a todo el techo del lugar.
En la pista de baile se instalaron grandes carteles luminosos como centro de la fiesta y el escenario perfecto para una gran noche.
El toque creativo lo dieron chicas en patines que salieron a la pista para entregar distintas golosinas a los invitados, creando un ambiente distendido, canchero y único.
“Es muy emocionante recordar cada fiesta y volver a sentir lo que se vivió en cada una de ellas. Saber que cumplimos con los desafíos y alcanzamos con éxito los objetivos planteados. Contamos con increíble equipo de trabajo que lo hace posible, es una suma de talentos. Seguiremos hilvanando sueños, porque de eso se trata“.
Fuente: Hodara Planners