En estas épocas signadas por el confinamiento y la peste nada mejor que buscar consuelo en la belleza.
Con esta premisa en mente, seleccioné cinco novias reales del siglo pasado cuyos vestidos se distinguen no sólo por su interés estético y su atemporalidad sino también porque algunos de ellos merecen ser rescatados de un injusto olvido.
1 – Fabiola de Bélgica
La sobria distinción de Balenciaga
La española Fabiola de la Mora y Aragón se casó con Balduino I de Bélgica el 15 de diciembre de 1960 en la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas.
La novia lució un vestido confeccionado en seda natural de líneas depuradas y porte regio del Maestro Balenciaga. Estaba compuesto por un cuerpo entallado, escote bote, falda amplia fruncida y cola rectangular. Una tira de visón blanco bordeaba el escote y la capa.
Cuenta la leyenda que Fabiola de Bélgica insistía en llevar un modelo sobrio y sencillo. Su obstinación la llevó a rechazar varios diseños por considerarlos “demasiado regios”, situación que “obligó” al modisto a recordarle que el vestido “ha de llevarlo una Reina”.
La novia sujetó su velo con la Tiara del Imperio Belga que fuera propiedad de su suegra, la bella y trágicamente desaparecida Reina Astrid de Bélgica.
2 – Sofía de Grecia y Dinamarca
El refinamiento escultórico de Jean Desses
La Reina Emérita española se casó con Juan Carlos I de Borbón el 14 de mayo de 1962 en Atenas.
El vestido fue diseñado por Jean Desses, maestro de Valentino y Guy Laroche. Estaba confeccionado en lamé cubierto de tul y encaje de Bruselas. Remataba el conjunto una cola tipo Watteau de cinco metros de longitud.
Jean Desses también diseñó los vestidos de las ocho damas de honor que acompañaron a la novia.
El estilismo se completaba con el velo de Gante, propiedad de su madre, la Reina Federica de Grecia, sujetado por la Diadema Prusiana de estilo neoclásico.
3 – Ana de Inglaterra
Inspiración Isabelina de Maureen Becker
La única hija mujer de la Reina Isabel II y el Duque de Edimburgo contrajo primeras nupcias con el Capitán Mark Phillips en la Abadía de Westminster el 14 de noviembre de 1973.
La Princesa, que participó activamente en el diseño, lució un vestido de seda en estilo Tudor con cuerpo entallado bordado en perlas, cuello redondo alto y mangas medievales a través de las cuales asomaban unos enormes puños inspirados en los collarines isabelinos.
El conjunto se completaba con una larga cola de diez metros bordada con motivos florales ingleses. Sujetaba su velo con la Tiara Fringe de la Reina Mary que también usó su madre en el día de su boda.
4 – Marie Chantal de Grecia
Opulencia y esplendor de Valentino
Marie Chantal Miller se casó con Pablo de Grecia y Dinamarca en la Catedral de Santa Sofía de Londres en 1995 con un diseño de Valentino.
La heredera americana llegó al altar ataviada con un fastuoso y excesivo vestido de seda y encaje con cuello alto, manga larga y falda tulipán bordada a mano.
El largo velo, cuyas orlas también fueron bordadas a mano, estaba sujeto con la Tiara Corsario perteneciente al joyero de la Casa Real Griega.
5 – Máxima de Holanda
La majestuosa sencillez de Valentino
Los Reyes de Holanda se casaron el 2 de febrero de 2002 en la iglesia Nieuwe Kerk de Ámsterdam
Máxima de Holanda vistió una regia creación del modisto italiano en seda blanco marfil, corte imperio, cuello cerrado, manga larga y detalles de encaje a los lados del vestido.
Sujetó el largo velo bordado a mano con la Tiara de Estrellas o la Tiara Máxima como también se la conoce. Ésta se armó a partir de la Tiara de Perlas, que lució la Reina Beatriz en su boda, las que se sustituyeron por broches de diamantes con forma de estrella.
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