Soplan vientos de cambio, y con ellos llega un soplo de aire fresco a nuestras vidas, pero sobre todo para nuestros hogares.
Es un hecho que estamos pasando más tiempo en casa, y con ello, algunas costumbres cambian, otras se adaptan, y sin lugar a dudas, impera repensar nuestros espacios cotidianos.
Por un lado la modalidad de trabajar desde nuestras casas, viene con ganas de instalarse. Lo que por un tiempo llegó como respuesta a una situación mundial, empieza a tomar otro color, y ahora se va transformando en una opción tentadora y práctica.
Retomamos viejas costumbres, como la cocina casera, compartimos más tiempo en familia, emprendimos nuevas actividades con los más peques, y además, al estar más tiempo en casa, también empezamos a valorarla de otra forma. Ahora pasamos más tiempo en ella, vemos lo que no nos gusta tanto, aquello que falta, eso que tenemos que arreglar, y sobre todo, nos replanteamos cada espacio, de cara a las nuevas necesidades.
Mi casa, mi refugio
Posiblemente, nunca como ahora, hemos visto nuestras casas como un refugio. Un lugar donde descansar, desconectar, pero sobre todo, sentirme acogido, seguro, y rodeado de mis afectos. Dejar afuera todo lo que no me hace bien, para estar en un lugar apacible que me llene el alma, y me permita renovar mis energías.
En los últimos tiempos nos dedicamos a ordenar, tirar, limpiar y descartar todo aquello que no sumaba. Ahora es tiempo de aprovechar ese trabajo, y encarar algunos cambios que nos llenen de alegría e ilusiones nuevas.
Una nueva paleta de colores siempre es una excelente opción. Pintar siempre nos hace sentir renovados, y los colores influyen directamente en nuestros estados de ánimo. Además, los colores nos permiten crear diferentes efectos, desde generar volúmenes y contrastes que hacen nuestros espacios más amplios y luminosos, hasta lograr un entorno más cálido y sofisticado.
La iluminación es otro punto clave, y también está íntimamente ligada a nuestros estados anímicos. Es importante contar con la luz indicada para cada momento y necesidad. Por un lado, una luz general apropiada. Un espacio mal iluminado genera un efecto lúgubre e incómodo en el cual es imposible realizar ninguna tarea. Sin embargo, cuando uno busca relajarse, una luz excesiva termina crispando los nervios e impide que nuestra vista descanse. Por lo tanto, la iluminación general debe ser abundante, y a la vez, contar con un contrapunto de luces dimerizables, o luminaria secundaria como lámparas de pie y de mesa.
El dormitorio perfecto.
Un buen descanso por las noches, es esencial. Y para ello, son varios los factores en juego. Obviamente, la cama, el principal, aunque no el único. Pero comencemos por ella, que sin duda, es la protagonista. Si la cama ya no dá para más, es hora de un cambio. Un buen colchón no es un lujo, es una necesidad. Pocos lo valoran, pero eso y la almohada correcta, son un imprescindible. La elección del tipo (espuma o resortes) es personal, pero invierte en algo de calidad, la diferencia realmente, es notoria.
Siguiendo con la cama, y ya que es la protagonista, ¿porqué no vestirla apropiadamente? Las sábanas, son otro factor poco valorado. Al menos hasta que invertís en unas buenas de verdad, y después sí, que no probas otra cosa. La sensación de meterte en la cama sobre una sábanas suaves de buen algodón, es inigualable. Si a esto le sumamos que duran varias docenas de veces más que las económicas, es un buen negocio. La ropa de abrigo, es importante que sea hipoalergénica.
Y por ese camino, vamos llegando a lo que buscamos: un sueño reparador. Dejar junto con la ropa las preocupaciones, y que nuestro lecho nos abrace y nos arrope, es esa sensación entrañable de cuando éramos pequeños.
El respaldo de la cama, no solo persigue un fin estético. Tiene muchos fines prácticos. El primero, evitar el roce en la pared. El segundo, evitar que si te gusta leer en la cama, apoyes tu espalda sobre la pared fría y dura. Opciones y modelos, hay para todos los gustos.
Sin embargo, debemos considerar que el conjunto con el resto de la cama y la habitación debe ser armónico. Es esa armonía la que genera precisamente, el espacio de calma y relax que necesitamos para un buen descanso. Mesas de luz, con espacio suficiente para lo mínimo necesario. Una buena luz para leer, un libro, y evitar los cajones atiborrados de todo aquello que nunca se dónde poner y al final va quedando allí para la eternidad, o hasta la próxima limpieza a fondo, en un par de años.
Los complementos para el dormitorio, van de la mano de la idea anterior. Generar calidez, confort, armonía y esa nota acogedora y calma. Almohadones, pie de cama, alfombras laterales, son excelentes compañeros. La mezcla de texturas lo hace rico, sin necesidad de caer en excesos.
Un rincón para cada uno.
Indispensables si los hay, el nuevo concepto de espacios debe incluir un rincón que nos permita un mínimo de intimidad y retiro. Sea para trabajar desde casa, como para desconectar un poco del entorno. No es necesaria una habitación extra para este fin. No se necesita un gran escritorio para poner la oficina en casa.
Lo que precisamos es un lugar tranquilo, un poco apartado, y en lo posible, que no termine con las crayolas y los libros de pintar de los peques sobre nuestros papeles de trabajo. Espacio para la computadora, una libreta para tomar notas, un par de lapiceras es más que suficiente. Puede ser un extremo más apartado del living, puede ser un rincón de la habitación principal, o si tenemos la fortuna de contar con un cuarto extra, excelente.
La que solía ser la habitación de invitados, es sin dudas, la candidata perfecta a convertirse en home office. Sea cual sea la opción, un escritorio cómodo, con un asiento confortable, ordenado, buena iluminación, y donde te sientas cómodo, son los ingredientes fundamentales.
La nueva protagonista.
Otra de las nuevas protagonistas en estos tiempos es la cocina. Y aunque para muchos aún es fuente de debates, para mí el concepto de la cocina integrada, es maravilloso.
Termina con la vieja costumbre de abandonar al “cocinero”, dejándolo apartado del resto de la reunión y/o de la familia; al mismo tiempo, permite a más de un integrante en la cocina trabajando, sin que por ello estén todos apretados en un puñado de metros cuadrados. Es más fácil tener control de lo que sucede en el resto de la casa, si los peques están jugando. Podemos conversar con el que está en el living. Genera mejor integración del grupo familiar. Y además, hace lucir los espacios más amplios y frescos.Más escritorio, menos electrónicos. Si algo quedó demostrado en estos tiempos, es que sólo con los electrónicos, ya no se entretiene a los chicos. Así que, en tren de recuperar viejos hábitos, recuperamos muchos de los juegos de nuestra propia infancia.
La mesa del comedor se volvió mesa de dibujo, mesa de elaboración de pastas moldeables, mesa para recortar y pegar y hasta para los juegos de caja que desempolvamos del altillo. La mesa de la “PLAY” se llenó de cajas con lápices de colores, papeles y tijeras. Ahora, hagamos que los estantes se vuelvan a llenar de libros. Si les damos las herramientas correctas, ellos sin duda alguna, aprenderán a usarlas. Pizarras para dibujar, paneles de corcho donde pinchar fotos de sus amigos, de sus momentos especiales, espacio para trabajar con las manos, son algunos de los elementos que hoy no pueden faltar en el cuarto de los más peques y de los no tanto, también.
Desempolvar rincones, desempolvar vajilla, desempolvar recetas. En un momento muy particular de la historia, donde pasamos más tiempo que nunca en casa, lejos físicamente de muchos de nuestros afectos y amigos, pero cerca como pocas veces de nuestras familias, es hora de sacar la vajilla de la abuela, los cubiertos en caja de madera que les regalaron en el casamiento, las copas finas, y poner una mesa bien puesta, que haga honor a esas recetas ancestrales cocinadas con amor casero.
Es tiempo de festejarnos a nosotros mismos, y a nuestras familias. Es hora de regalarnos la cena de gala que no podemos salir a buscar afuera. Es tiempo de poner el mantel, el jarrón con las flores y hacer la fiesta para nosotros.
Dis. Lucía Casanova / Menyou-Casanova Studio