Para conocer cómo trabaja la reconocida asesora de imagen argentina, radicada en Uruguay desde hace ya varios años, decidimos visitar a una de sus clientas, quien nos recibió café de por medio, para contarnos el proceso que ha vivido desde que se decidió a buscar ayuda para mejorar su imagen.
¿Cómo te manejabas con tu imagen hasta que hiciste el click de decir quiero que alguien me ayude a sacar lo mejor de mí?
En realidad ese tema en mí fue variando mucho, soy una persona que ha subido y bajado de peso varias veces, muchas veces. He pasado por distintas etapas, algunas más gordita y otras no tanto. Eso generó que cambiara de talle constantemente y como consecuencia la cantidad de ropa que yo tenía siempre fuera limitada precisamente por esos cambios. A su vez, en los momentos en los que más aumentaba de peso estaba desmotivada y sintiéndote mal, me arreglaba mucho menos. Cuando adelgazaba me arreglaba mucho, siempre me gustó, a pesar que debo reconocer que no me sale muy bien, me cuesta saber cómo combinar las prendas y los accesorios, es algo que siempre noté. No sé si tiene que ver con que sea ingeniera…
¿Cómo empezó entonces tu búsqueda por ayuda? ¿Qué te motivó?
En ese momento empezaron a salir algunas asesoras de imagen en las redes y decidí seguir a algunas. Estaba en mí esa idea de “qué bueno que alguien me ayude”, pero las asesoras que yo seguía no me trasmitían la imagen que yo quería, entonces era como que nunca me decidía. Un día Instagram me sugirió a Tina Garrett y la empecé a seguir. Lo que me pasó ahí fue totalmente diferente y me gustó la imagen que trasmitía. Justo estaba en un período con bastante sobrepeso y venía re abandonada, arreglándome muy poco, entre otras cosas porque es muy difícil encontrar ropa cuando estás gordita: no te gustas vos, no te gusta nada como te queda y después está la dificultad de encontrar talles que te queden en las tiendas a las que uno está acostumbrado a ir, lo que es como shockeante.
Así que un día me animé a contactar a Tina y la llamé con muchas dudas, porque yo tenía que empezar a bajar de peso y no sabía si hacer este proceso en ese momento o esperar. Por otro lado, como me conozco, reflexionaba en que si yo empezaba a trabajar en mi imagen, a sentirme mejor, todo eso me iba a motivar a hacer más cosas para cuidarme. En ese momento mantuvimos una charla teléfonica, le expliqué todo y ella me dijo “podés empezar con algunas cosas ahora, quizá no todo el proceso, pero irte motivando a cuidarte, a quererte y seguir en este proceso de cambio”. Era lo mismo que yo pensaba, así que decidí empezar.
¿Qué fue lo primero que te acordás que sucedió cuando empezó el proceso?
La primera vez que nos vimos fue para hacerme el estudio de colorimetría. Cosa que yo no tenía ni idea, y que hasta el día de hoy me cuestan y le sigo preguntando a Tina. Fue ella quien me empezó a mostrar como un color te cambia con respecto a otro en la cara por ejemplo, y eso me sorprendió porque jamás lo había notado o tenido en cuenta.
Entre tus objetivos estaba la pérdida de peso ¿cómo empezaste con eso? ¿Qué cosas empezaste a hacer para cambiar de hábitos?
En eso Tina me ayudó bastante. Cada vez que nos juntábamos además de la colorimetría o salir de compras juntas, siempre me iba motivando para hacer ejercicio, cuidarme con la comida y me recomendaba cosas. Siempre me fue acompañando en ese proceso también. Para mí era difícil enfrentar que tenía que bajar al menos 20 kgs.
De todas formas, ya con la colorimetría me motivé bastante y le dije de salir de compras, obviamente cuidando la inversión ya que tenía previsto bajar de talle, pero sentía que me haría bien. Necesitaba dar ese paso. Entonces hicimos toda la consultoría completa, fue un lindo momento para mí, si bien todavía no había enganchado para bajar de peso, sí me empecé a sentir mejor y la gente lo notaba y me decía “¡Qué linda que estas arreglada!”, “¡qué bien se te ve!”, todo denotaba un cambio de actitud.
Con lo que ya tenía y lo que me había comprado armamos opciones, combinaciones con lineamientos para cuando te vas a vestir, tips para tener en cuenta. Tina me sacaba fotos con los distintos outfits a modo de referencia. Después de pasar un período así más arreglada, fui pasando por etapas, logré comprometerme con el descenso de peso, bajando los primeros 10 kgs. Ahora me siento más segura en ese camino, fueron transformaciones que se fueron dando de a poco. Te vas sintiendo mejor, te dan ganas de arreglarte más, de variar outfits, etc.
Ahora hace poco volvimos a salir de compras juntas, hicimos otra recorrida y terminé comprando prendas y accesorios que nunca hubiera comprado. Todas cosas que me gustan y que las he usado mucho. Tina no solo me ayudó en qué comprar, sino en aprender a elegir de acuerdo a mi silueta, usar blazers más entallados y más cortos son los más adecuados para mi. Aprendizajes que vas aprendiendo a aplicar.
¿Tu entorno como acompañó? ¿Cómo ha vivido este proceso tuyo?
A mi familia, mi esposo, mis hijos, mis padres les gusta verme mejor. Siempre contentos con cada cambio que fueron viendo, en mi imagen, en mi compromiso con la baja de peso y el ejercicio que además es salud. Mi esposo me apoya mucho, le gusta lo que generó en mi todo este cambio. Un proceso de afuera a adentro y viceversa.
¿Y en el ámbito del trabajo por ejemplo?
Eso es difícil de evaluar para mí, tengo una empresa pero trabajo mucho en casa y después visito clientes. No es que tenga compañeros o gente que sigo viendo o veo a diario. Lo que sí noto es que ir arreglada a una reunión de trabajo me hace sentir a mí distinta, más segura.
¿Consideras que los cambios que ya generaste los podés sostener?
Hay cosas que Tina me grabó a fuego, por ejemplo, con los accesorios los cuales no usaba jamás. Siento que lo incorporé y me siento rara si no los uso. Por otro lado, la imagen personal -en una persona como yo que no tengo innato ese sentido de la moda- me ayuda siempre tener una guía.
Hoy en día esa información la tenés fácil por ejemplo con Instagram, desde influencers a marcas de ropa, miro los distintos looks que presentan y saco ideas acordes a mi silueta. De todos modos, Tina tiene una forma de trabajar que más allá de la asesoría concreta, se ofrece para seguir en contacto y para que le preguntes. Entonces, si salgo de compras y tengo una duda, sacó una foto, se la envío y le consulto. Una vez me fui a Buenos Aires y desde allá le mandaba todo lo que me iba probando y ella me iba guiando. Fue como viajar acompañada. Siempre trata de responder lo más pronto posible. El mantener esa ida y vuelta es de gran ayuda para aprender a sacar la mejor versión de vos.
¿Cómo fue el proceso? ¿Qué pasos que se dieron?
Primero fue la colorimetría, después salimos de compras más de una vez durante el proceso inicial. Al comienzo nos encontramos en mi casa y visitó mi guardarropa. Vio todo lo que tenía y estudió las posibles combinaciones por un lado y por otro los básicos que faltaban. Con esas ideas salimos de compras.
En otro encuentro hablamos de la forma del rostro y del pelo, del color, del maquillaje, de qué tipo de accesorios me favorecían. Después de eso aproveché una invitación a una clase de automaquillaje que era algo que también quería hacer y venía postergando.
Además, Tina me recomendó una peluquería y tips de centros de estética, en cuanto a qué me favorecía por el tipo de cuerpo. Recuerdo que me lo fue mostrando en la primera compra que hicimos juntas. Por ejemplo, camisas largas que terminen redondeadas, el tipo de blazer corto y entallado, etc. Por último, hicimos una última salida de compras sobre todo por esas cosas que faltaban, como los zapatos. Ahí me enseñó mucho cuáles son los zapatos que estilizan y cómo combinarlos con distintos looks.
Ese fue como el proceso inicial, después yo seguí consultándola en los meses siguientes y hace poco volvimos a salir juntas de compras porque con 10 kgs menos ya necesitaba invertir en ropa y decidí salir con Tina para comprar mejor, con la misma intención que al inicio de cuidar la inversión porque mi objetivo es seguir bajando de peso.
¿Qué le dirías a cualquier mujer, de cualquier edad con respecto a este tipo de asesorías?
Primero que se animen, a veces es algo que genera vergüenza o duda. ¿Cómo voy a contratar una asesora de imagen? La actitud de cada uno consigo mismo es la base de todo, cómo te enfrentas con el mundo, cómo te vinculas con tu pareja, con tus amigas, con quien sea. Entonces, todo lo que alguien pueda hacer para ayudar a que otro se sienta mejor, para mí vale mucho. Sin dudas lo recomiendo, lo que sí, tiene que ser una persona que te trasmita algo que te guste, con la que conectes, con la que fluyas. En el caso de Tina, o estábamos alineadas en los gustos o ella captó los míos muy rápidamente.
Capaz que trabaja con otra persona y recomienda otras cosas, no lo sé, pero sí sé que en mi caso fluyó mucho y bien. Una característica que me gustó mucho es que Tina es muy de la belleza natural, ella no busca cosas locas: que te operes, que te hagas esto y lo otro. Siempre que me hablaba motivándome para bajar de peso era por todo lo que eso implica, no sólo por una cuestión estética, sino por llegar a tu mejor versión, lo que a vos te hace sentir mejor. Eso me gustó mucho de ella, esa búsqueda de la belleza natural y real, el influir para potenciarte a vos misma; incluso con el pelo, aceptando este es tu pelo y buscar la forma de llevarlo mejor sin que te complique la vida.
Yo creo que las mujeres tenemos que ocuparnos más de nosotras y más con este ritmo de vida que vivimos: tenemos hijos, trabajamos y llevamos la casa adelante. Es bastante común que las mujeres tendamos a dejarnos para último. Lo que me di cuenta es que cuando te empezás a priorizar, mejora todo, estás más contenta, y eso impacta hasta en el clima familiar. Estos procesos como el que yo inicie con Tina Garrett influyen positivamente en todo. Vale la pena hacerlo, de hecho, mi madre también comenzó con Tina la asesoría de imagen al ver mis propios cambios.
Gracias por compartir con nosotras tu experiencia!